Ruta para un desarrollo mundial sostenible

En septiembre de 2015, más de 150 jefes de estado y de Gobierno se reunieron en la Cumbre del Desarrollo Sostenible de Nueva York en la que aprobaron la Agenda 2030. Esta Agenda contiene 17 objetivos de aplicación universal, los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) que, desde el 1 de enero de 2016, rigen los esfuerzos de los países para lograr un mundo sostenible en el año 2030. ejemplo”, incide Sandra Astete. 

Por
Sheila M. Cué
Unas manos de mujer sujetan una bola del mundo.
La Agenda 2030 es una llamada para lograr acabar con los grandes problemas del planeta | Foto: Babszen

La Agenda es una llamada mundial para adoptar medidas que logren acabar con los grandes problemas del planeta: poner fin a la pobreza y a la desigualdad, alcanzar la igualdad de género y el acceso para todos a un trabajo digno, facilitar el acceso a servicios de salud y a una educación adecuada, proteger el medioambiente y garantizar que todas las personas disfruten de paz y prosperidad. 

Sus antecesores, los Objetivos del Desarrollo del Milenio (ODM) consiguieron, durante los últimos 15 años, que 700 millones de personas salieran de la pobreza, se salvara la vida de 48 millones de niños menores de 5 años y 5,9 millones de niños escaparan de las garras de la malaria, entre otros logros. 

Si bien la línea sigue siendo la misma, los Objetivos del Desarrollo Sostenible tienen varias características propias en comparación con los del Milenio. La primera y más relevante es que mientras los ODM trabajaban las metas solo en los países en desarrollo, los ODS establecen que no se puede hablar de agenda de desarrollo si no se asume que todos los problemas están interconectados y hay que abordarlos desde todos los países. Es decir, se ha contado con países ricos, pobres o de ingresos medianos. 

Los Objetivos están interrelacionados: con frecuencia la clave del éxito de uno involucrará las cuestiones más frecuentemente vinculadas con otro y son: fin de la pobreza; hambre cero; salud y bienestar; educación de calidad; igualdad de género; agua limpia y saneamiento; energía sostenible; trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; reducción de desigualdades; ciudades y comunidades sostenibles; producción y consumo responsables; acción por el clima; vida submarina; vida de ecosistemas terrestres; paz justicia e instituciones sólidas y alianzas para lograr los objetivos. 

Los ODS conllevan un espíritu de colaboración y pragmatismo para elegir las mejores opciones con el fin de mejorar la vida para las generaciones futuras. Proporcionan orientaciones y 169  metas claras para su adopción por todos los países en conformidad con sus propias prioridades y los desafíos ambientales del mundo en general. "Erradicar la pobreza está en el corazón de la Agenda 2030, y también lo está el compromiso de no dejar a nadie atrás", afirma el administrador del Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Achim Steiner. 

Además, la nueva hoja de ruta pone en el centro una cuestión que había permanecido en un segundo plano en los últimos 15 años: el modelo actual es insostenible y si se quiere garantizar la vida y los derechos de las personas y el planeta tierra, el modelo a seguir tiene que ser sostenible. Y para alcanzar el desarrollo sostenible es fundamental armonizar tres elementos básicos: el crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Estos elementos están interrelacionados y son todos esenciales para el bienestar de las personas y las sociedades. 

El modelo actual es insostenible si se quiere garantizar la vida y los derechos de las personas y el planeta tierra 

“La Agenda 2030 representa el mayor y más ambicioso plan de acción político jamás alcanzado. Propone una visión integral del desarrollo sostenible. Los ODS son multidimensionales (sociales, económicos y ambientales) y están interconectados. Una agenda de esta naturaleza requiere de la coherencia e integración de todo el espectro de políticas que dan forma al desarrollo sostenible. Por tanto, si queremos alcanzar los resultados deseados, la coherencia de políticas para el desarrollo constituirá un elemento primordial”, explica Sandra Astete, especialista en Políticas de Infancia de UNICEF Comité Español y experta en la Agenda 2030.

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible y las 169 metas de la nueva agenda se supervisarán y examinarán a nivel mundial mediante un conjunto de indicadores mundiales. El marco de indicadores mundiales es elaborado por el Grupo Interinstitucional y de Expertos sobre los Indicadores de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. 

Los gobiernos también elaborarán sus propios indicadores nacionales para colaborar en el proceso de seguimiento de los progresos conseguidos en el cumplimiento de los objetivos y las metas.

Los jefes de estadística de los Estados Miembros han trabajo en la definición de las metas a fin de que haya dos indicadores por cada una. Hay aproximadamente 300 indicadores para todas las metas. 

Los procesos de seguimiento y examen se basan en el informe anual sobre los progresos en el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible que elabora  el Secretario General.
Las reuniones anuales del Foro Político de Alto Nivel sobre el Desarrollo Sostenible desempeñan igualmente un papel fundamental a la hora de examinar los progresos conseguidos en el cumplimiento de los ODS a nivel mundial. Se supervisan y examinan los medios de aplicación de los ODS, tal y como se indica en la Agenda de Acción de Addis Abeba, el documento final de la Tercera Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, para garantizar que se movilicen de forma efectiva los recursos financieros en apoyo de la nueva agenda de desarrollo sostenible.

Evidentemente, para cumplir esta Agenda son necesarios recursos económicos, requieren una inversión sustancial y a priori podría pensarse que no existen, pero como señalan desde la propia ONU, “ya existen estos recursos”.  “Se dispone de ahorros más que suficientes en el mundo para financiar la nueva agenda. Es necesario movilizar recursos de fuentes nacionales e internacionales y procedentes de los sectores público y privado”, añaden. 
 

España comprometida 

Los ODS no son jurídicamente obligatorios, pero los gobiernos los han adoptado como propios y han establecido marcos nacionales para su logro. Una vez comprometidos tienen la responsabilidad del seguimiento y examen de los progresos conseguidos en el cumplimiento de los objetivos. 193 países firmaron y se comprometieron a cumplirlos. 

España dio sus primeros pasos para la gobernanza de la Agenda 2030 con la creación de un Grupo de Alto Nivel en el seno de la Comisión Delegada del Gobierno para Asuntos Económicos el 28 de septiembre de 2017. Previamente el 5 de mayo de 2017, el Consejo de Ministros nombró al Embajador en Misión Especial para la Agenda 2030, dependiente del Ministerio de Asuntos Exteriores y Cooperación.

Más recientemente, la creación por parte del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, del Alto Comisionado para la Agenda 2030, a través del Real Decreto 419/2018, de 18 de junio, demuestra el compromiso de España por la implementación de la Agenda 2030. El cargo ha sido ocupado por Cristina Gallach, quien ha sido consejera para la Igualdad de Oportunidades en el Consejo de la Unión Europea, fue vicesecretaria general de la ONU y jefa del Departamento de Información pública, y  tiene una dilatada experiencia profesional en el campo de la comunicación, las relaciones internacionales, la seguridad, la defensa y las políticas de desarrollo.

Acompañada de un gabinete asesor las funciones que llevan a cabo son, entre otras, realizar el seguimiento de las actuaciones de los órganos competentes de la Administración General del Estado para el cumplimiento de los objetivos la Agenda 2030; impulsar la elaboración y desarrollo de los planes y estrategias necesarios para su cumplimiento; evaluar, verificar y difundir el grado de avance en su cumplimiento; colaborar con el Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación en la interlocución internacional de España en materia de la implantación global de la Agenda 2030 e impulsar la elaboración de los sistemas de información y estadística necesarios para acreditar los avances en la consecución de los objetivos.

Según afirma Astete “el compromiso adquirido por el Gobierno – central, autonómico y local- se debe traducir en políticas públicas e inversión suficiente alineada con las metas de la Agenda 2030. España, junto con los países de renta alta, no es solo responsable de su propio desempeño, sino también de abordar la sostenibilidad ambiental global y la ayuda para el desarrollo”. 

“Supone un cambio en la concepción del desarrollo sostenible y una oportunidad política para España. Es una gran ocasión para que el Gobierno y las políticas públicas en España, tanto nacionales como internacionales, respondan de manera efectiva a la lucha contra la pobreza, la desigualdad y a favor de la sostenibilidad”, añade. 
 

Papel de la sociedad civil 

Durante el proceso de arranque de la Agenda 2030 en España, la sociedad civil ha sido un actor fundamental. Su movilización e incidencia política ha sido uno de los factores clave en el impulso dado a un compromiso con la acción.

Para la especialista en Políticas de Infancia de UNICEF, “las ONGD y sociedad civil en general debemos jugar un rol relevante en la difusión y formación de la Agenda 2030 a diferentes públicos: políticos, Gobiernos, plataformas y entidades sociales, sector privado, entre otros.  Además, resulta clave que podamos promover campañas de sensibilización para la población general, con la finalidad de alcanzar una mayor implicación de la población”. 

Dentro de los marcos establecidos son diversos los roles que la sociedad civil española juega en la implementación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible: desempeña la función de vigilancia de los compromisos del gobierno y otros actores; es clave en su función comunicativa, sensibilizadora y canalizadora de la importancia de la Agenda entre la ciudadanía y la realización de intervenciones que avancen en la consecución de los ODS, especialmente en el nivel local y en el contacto con la ciudadanía.

Uno de los elementos de más relevancia en el marco global en el que COCEMFE desarrollará su actividad durante el próximo periodo estratégico es precisamente la Agenda 2030 de Naciones Unidas. Según Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE,  “la importancia de los valores en la actividad de COCEMFE y su visión internacional se ha manifestado siempre en su compromiso con tratados y acuerdos internacionales en materia de protección de derechos fundamentales y especialmente de los derechos de las persona con discapacidad”. 

“Los ODS constituyen un marco actualizado en el que se refleja el compromiso con los derechos fundamentales y es por ello que la reflexión estratégica de nuestra Confederación para el periodo 2019-2023 ha incorporado un ejercicio crucial de reflexión sobre el alineamiento de la Misión y de los elementos de gestión con cada uno de los ODS”, añade Queiruga.

En este sentido, COCEMFE desarrollará este año, de septiembre a diciembre, la campaña ‘Planeta 10’ con la que pretende posicionar estratégicamente a COCEMFE como aliada de la Agenda 2030 para los diferentes grupos políticos, instituciones, movimiento asociativo general y movimiento asociativo de la discapacidad, “teniendo en cuenta que nuestro movimiento asociativo lleva desde sus inicios trabajando en la mejora de la sociedad en su conjunto”, explica el presidente de la entidad, en línea con los objetivos que ahora plantea la Agenda 2030.

La movilización de la sociedad civil ha sido uno de los factores clave en el impulso de la Agenda 2030

Este compromiso de administraciones, instituciones y entidades se extiende también a la ciudadanía. Se necesita que la población conozca la Agenda 2030, la haga suya y exija a los políticos y Gobiernos que la cumplan. “Solo con la exigencia ciudadana podremos ejercer la presión necesaria para que los gobiernos implementen políticas de desarrollo sostenible. La ciudadanía en su día a día puede llevar a cabo pequeñas acciones a favor de la Agenda 2030 como compartir información con su familia, amigos y comunidad; ahorrar agua y reciclar o disminuir al máximo la utilización de plástico, por ejemplo”, incide Sandra Astete. 

También te puede interesar