Anxo Queiruga, presidente de COCEMFE
Anxo Queiruga lleva desde 2016 dirigiendo y transformando COCEMFE para que las necesidades de las personas con discapacidad física y orgánica sean asumidas por las administraciones y conocidas por la ciudadanía. En pleno estado de alarma, Queiruga ha sido reelegido para presidir COCEMFE durante los próximos cuatro años y tiene claro que el camino para paliar los efectos de la pandemia y avanzar en la inclusión de las personas con discapacidad pasa por garantizar los derechos y una fluida interlocución con las administraciones.
¿Qué supone para ti ser reelegido presidente de COCEMFE?
Es un inmenso orgullo y una gran responsabilidad seguir al frente de la entidad más representativa de las personas con discapacidad física y orgánica y enfermedades crónicas del país. Contamos con el mismo equipo de gobierno de la anterior legislatura y, por eso, el apoyo unánime de nuestras 91 entidades supone un aval a la labor realizada hasta el momento y un paso firme hacia la consecución de todos los objetivos y retos pendientes para conseguir que las personas con discapacidad ejerzamos todos nuestros derechos y avancemos de manera decidida hacia nuestra inclusión y participación. Sobre todo ahora, con la crisis sanitaria, económica y social generada por la COVID-19.
¿El hecho de que estallase la crisis COVID-19 le hizo replantearse su decisión de presentarse?
Todo lo contrario. Ver cómo esta crisis nos ha golpeado tan fuerte a las personas con discapacidad sin que las administraciones supieran tomar cartas en el asunto, que se adoptasen medidas sin tener en cuenta nuestras necesidades, que se pongan en riesgo las conquistas de derechos que hemos alcanzado y todas las situaciones tan duras que nos ha tocado vivir lo único que han conseguido es que las ganas de cambiar las cosas sean, si cabe, todavía mayores que antes de que llegase la pandemia.
Esta crisis nos ha impactado doblemente y va a provocar que muchas personas de nuestro grupo social se vean abocadas a situaciones de exclusión y de pobreza severas. Tenemos que conseguir revertir todos los problemas que ya nos estamos encontrando y resaltar el factor multiplicador de la discapacidad. Y desde luego, que, en caso de producirse una nueva crisis sanitaria de esta envergadura, nos pille mejor preparados y podamos limitar en la medida de lo posible sus consecuencias.
¿Los derechos de las personas con discapacidad se verán perjudicados por esta crisis?
Siempre que ha habido una crisis, las personas con discapacidad hemos sido las primeras en sufrir sus efectos y las últimas en recuperarnos. En esta crisis lo hemos vivido desde el primer momento en cuestiones tan básicas como la propia supervivencia, el acceso a tratamientos o a recibir los apoyos que necesitamos para tener una vida independiente y digna. Y estamos empezando a ver consecuencias que afectan a cuestiones de partida en las que ya estábamos en situación de desventaja, como puede ser el acceso a la educación o al empleo. El trabajo ingente y la labor esencial que hemos realizado durante los meses más duros de la pandemia continúa porque no podemos permitir que se produzca ningún retroceso en nuestros derechos. Para ello, es fundamental que haya una interlocución continua con las administraciones y que junto a las organizaciones de las personas con discapacidad diseñemos un futuro inclusivo.
¿La crisis COVID-19 ha provocado algún cambio en la estrategia de COCEMFE?
El objetivo de COCEMFE antes y después de la crisis COVID-19 es el mismo: mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad física y orgánica y construir una sociedad en la que nuestro grupo social pueda participar de forma activa y puede ejercer los mismos derechos y disfrutar de las mismas libertades que el resto de la población.
Sin embargo, ahora todas las acciones encaminadas a cumplir nuestra misión tendrán el reto añadido de superar las dificultades generadas por la pandemia.
Este año iban a celebrar su 40 aniversario, ¿qué sucederá al final con los actos previstos?
Como es lógico, y siguiendo las recomendaciones sanitarias y el sentido común que ahora nos da un mayor conocimiento sobre el virus, hemos cancelado todas las celebraciones presenciales que teníamos previstas. Es imposible saber si podremos retomarlas próximamente, pero en cuanto podamos celebrarlo con todas las garantías de seguridad reuniremos a todo nuestro Movimiento Asociativo para conmemorar los 40 años de conquistas de derechos que hemos logrado trabajando codo con codo.
¿Cuáles son las principales demandas de las personas con discapacidad física y orgánica?
Quedan muchas cuestiones que impiden nuestra plena inclusión y nuestra participación en la sociedad en igualdad de condiciones que el resto de la población. Como la regulación de la figura del asistente personal, que, de haberse realizado cuando se creó en 2006, habría permitido a las personas con mayores necesidades de apoyo superar la pandemia con más garantías y seguridad; o la coordinación sociosanitaria, que habría facilitado la continuidad de los tratamientos de las personas con discapacidad.
La accesibilidad universal, el desarrollo educativo y profesional inclusivo, la igualdad de las las mujeres y niñas con discapacidad, el acceso a la sanidad universal y a todas las tecnologías sanitarias y tratamientos que protegen nuestra salud son algunos de los frentes en los que haremos incidencia permanentemente.
Y tan importante o más que regular estos derechos es establecer mecanismos para garantizar su cumplimiento efectivo y la colaboración con las entidades representativas de las personas con discapacidad.
¿La población está concienciada?
Hemos recorrido un largo camino para cambiar la percepción social que se tiene de las personas con discapacidad. Aunque todavía hay paternalismo, una visión asistencialista y, en ocasiones, sobreprotección, es innegable que hemos avanzado mucho en visibilidad, normalización y en tratar con naturalidad a las personas con discapacidad. Ya no se nos ve como sujetos pasivos, sino como personas activas que, disponiendo de los apoyos necesarios tenemos una vida normalizada, como cualquier otro ciudadano.
No podemos permitir que se produzca ningún retroceso en nuestros derechos.
Los tiempos en los que una discapacidad era motivo de mofa o burla ya han quedado muy atrás y hemos llegado a un punto en el que la población en general es, en su inmensa mayoría, consciente de que las personas con discapacidad tenemos que tener reconocidos y garantizados los mismos derechos y las mismas libertades, en muchas ocasiones va incluso por delante de las administraciones en cuestiones de concienciación y conocimiento de nuestra realidad.
Las personas con discapacidad orgánica no están todavía reconocidas en muchas ocasiones, ¿qué es necesario para revertirlo?
Principalmente impulsar la visibilidad y la regulación normativa para acceder y ejercer de manera efectiva sus derechos. Desde COCEMFE estamos trabajando duramente para que las personas con discapacidad orgánica sean reconocidas y con ese objetivo hemos realizado muchas acciones de incidencia política y de concienciación ciudadana. Por ejemplo, el año pasado impulsamos la creación del Símbolo Internacional de la Discapacidad Orgánica y llevamos muchos años reclamando un cambio en el baremo de reconocimiento de la discapacidad para que las personas con este tipo de discapacidad puedan acceder a recursos, productos y servicios que les permita tener una buena calidad de vida.
Espero que en 2024 hayamos dado firmes pasos hacia nuestra inclusión.
¿Cómo ve el futuro de las personas con discapacidad a cuatro años vista?
Con mucha incertidumbre. La financiación es claramente insuficiente, vivimos eternamente en crisis y eso es lo que genera inestabilidad y, en muchas ocasiones, precariedad en lo que hacemos. Espero que en 2024 hayamos dado firmes pasos hacia nuestra inclusión y plena participación en la sociedad y que hayamos podido superar de la mejor manera posible la crisis del COVID-19 y la crisis económica que le está sucediendo. Como sociedad avanzada y país comprometido con la igualdad que somos, tenemos que ser capaces de garantizar todos nuestros derechos y libertades, porque es la única forma de conseguir nuestra plena inclusión y participación activa en todos los ámbitos de la vida.
¿Y el futuro de las entidades?
Las entidades seguiremos trabajando, como servicio esencial que somos, en favor de las personas con discapacidad física y orgánica y derribar las barreras que impiden que podamos tener una igualdad de oportunidades real y efectiva.
Sin embargo, tenemos por delante un periodo de incertidumbre que pone en peligro la sostenibilidad de nuestras organizaciones y los apoyos imprescindibles que prestamos a nuestro grupo social. En este tiempo vamos a incidir especialmente en la calidad de vida de las personas con discapacidad, sobre todo de las personas que viven en el medio rural, de las mujeres y niñas con discapacidad y de quienes se encuentran en situaciones de mayor vulnerabilidad y pobreza, y en conseguir los recursos económicos necesarios para llevarlo a cabo.
¿Por qué hecho le gustaría ser recordado cuando finalice su tiempo al frente de COCEMFE?
Me gustaría echar la vista atrás y ver que realmente se han conseguido importantes cambios para las personas con discapacidad física y orgánica, que han visto mejorar considerablemente su vida independiente y que COCEMFE ha jugado un papel importante en la consecución de esos avances.