"El único abordaje de la discapacidad es desde los derechos humanos"

Jesús Martín Blanco es director general de Derechos de las Personas con Discapacidad del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y director del Real Patronato de Discapacidad. Vinculado desde hace más de 20 años al movimiento asociativo de la discapacidad, ha desempeñado cargos de responsabilidad como, por ejemplo, delegado de Derechos Humanos y para la Convención Internacional de los Derechos de las Personas con Discapacidad del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI).

Por
Cesar Jiménez Cruz
Jesús Martín Blanco es director general de Derechos de las Personas con Discapacidad

¿Por qué es importante que las personas con discapacidad participen activamente en política?

Porque simple y llanamente somos personas y como tal tenemos derechos civiles y políticos reconocidos. Esto que parece una obviedad no lo es en el momento en el que, hasta hace dos años, más de cien mil personas estaban apartadas del derecho a sufragio.

La democracia se construye con las manos de toda ciudadanía y para eso todas y todos debemos votar, sin que se mida la calidad del voto de nadie. De igual forma, nuestros parlamentos e instituciones deben nutrirse de la diversidad humana, para que verdaderamente sean un reflejo de la soberanía de un pueblo, de un país y de una sociedad. Así se estipula en el artículo 29 de la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad, un imperativo legal de obligado cumplimiento que nos compele a todas las administraciones y que para este departamento será su libro de cabecera y su brújula.

¿Qué incidencia tiene en la acción del Gobierno la existencia de una Dirección General de Derechos de Discapacidad?

En este Ministerio entendemos que para abordar cualquier acción de gobierno sobre discapacidad se tiene que hablar de manera indisoluble de ‘Personas’ y de ‘Derechos’. Y eso lo hemos constatado también en el nombre de la Dirección General, porque las palabras generan pensamiento y deben ser elemento inspirador y tractor de esta nueva etapa.

Este centro directivo se erige como un espacio de encuentro o bisagra con otros departamentos del Gobierno para que nuestros derechos estén asegurados en cualquier política pública o norma que se vaya a emprender, para que aterricen en la gente. Haremos pedagogía de la discapacidad desde una óptica exigente de derechos humanos, pues somos el Ministerio de Derechos Sociales y no lo entendemos de otra manera.

¿Cómo valoras tu trabajo al frente de la Dirección General durante estos meses?

Soy una persona apasionada y como tal lo estoy viviendo, he hecho un tránsito del activismo al servicio público, con la determinación de seguir aportando a la causa de mi vida: la discapacidad. Doy cada día las gracias por esta oportunidad de servir y mejorar España desde la Administración Pública.

Y tengo que decir que las y los funcionarios que me acompañan son una red humana de conocimiento y de generosidad a los que quiero reconocer su contribución. Estoy convencido: juntas, y como han hecho tantas veces, transformaremos esas esperanzas tantas veces frustradas en derechos.

¿Cuáles serán las principales líneas de actuación?

El cambio de nomenclatura de la Dirección General no es un cambio estético, obedece al convencimiento del Ministerio con cuestiones que son y serán el basamento político y de gestión para este departamento, me refiero a:

La Convención de la Discapacidad. No tenemos que inventar la rueda, lo que tenemos que hacer es ponerla en movimiento. O en términos jurídicos aterrizarla en nuestras vidas y las de nuestras familias, para ello esta Dirección General tiene que hacer entender al Estado que el único abordaje de la discapacidad es desde los derechos humanos. Solo de esta manera lograremos borrar el paisaje de discriminación por el que transitamos las personas con discapacidad.

La persona en el centro. Es el momento de la autoderminación de las personas. Y esto debe ser entendido en el marco de nuestra dignidad inherente, porque cuando se respeta la dignidad de las personas con discapacidad, se valoran nuestras experiencias y opiniones, las cuales pueden ser conformadas sin temor de perjuicios físicos, psicológicos o emocionales. La autonomía individual significa estar a cargo de la propia vida y tener la libertad de tomar las propias decisiones.

Y por supuesto el diálogo civil. Es un instrumento para una nueva gobernanza perfeccionada, donde la toma de decisiones se comparte y se hace corresponsable, y, en lo que esta Dirección General respecta, todas las políticas públicas sociales, de igualdad o de inclusión han de estar presididas y permeadas por este principio.

¿Qué papel va a jugar el movimiento asociativo en ellas?

Mi trabajo debe ir de la mano del movimiento cívico de la discapacidad, pues para mí es un capital para este país y lo es porque las democracias necesitan de agentes críticos y propositivos cuya contribución hace, como reza la Agenda 2030, que nadie quede atrás. La sociedad civil de la discapacidad española ha sabido transformar esa respuesta social por la que el diagnóstico deje de colonizar nuestras vidas y oculte lo verdaderamente importante: la propia persona, con dignidad y derechos.

COCEMFE es un ejemplo determinante de esto que digo; ha sabido identificar, en esa realidad poliédrica y heterogénea que es la discapacidad física y orgánica, las cuestiones que nos unían… y que de alguna manera nos definían ante la sociedad: las barreras, la exclusión y la discriminación y esas debilidades las ha convertido en fortalezas y en cohesión: creando una voz común de estas mujeres y hombres en España.

¿Crees que es posible la transversalidad de discapacidad y de género en todas las políticas públicas?

No solo creo que sea posible, sino que lo asumo como una obligación. Hablar de derechos humanos implica ser y estar en todas las dimensiones de vida.

España tiene una deuda con todas las mujeres de este país. Las opresiones, violencias y asesinatos a las mujeres se han tolerado, se han ocultado y se han justificado. La sociedad ha transigido porque lo regular era que cobraran menos, que fueran las que sostuvieran la cultura de los cuidados, que se pudiera abusar de ellas y que se las pudiera matar, sin que el sistema se alterase, ante estas violaciones a la igualdad. El machismo tiene que dejar la Ley no escrita, y dejar de existir como norma social que se asume y se acata.

"España tiene una deuda con todas las mujeres de este país"

Cualquier instrumento o política pública que salga de este centro directivo será feminista o no será; porque esta dirección debe también contribuir a liberar a mujeres, madres y cuidadoras de la cultura machista y patriarcal.

¿Cuáles son las principales barreras que impiden la plena inclusión de las personas con discapacidad?

La principal barrera es la del reconocimiento a nuestro estatus de persona y ahí de donde parten las discriminaciones, por eso nos vamos a dejar la piel para que los derechos humanos sean la norma, y no la excepción, sean la meta y no el anhelo.

Estas barreras a las que haces referencia tienen que ver con tener voz en el tráfico jurídico, con que se nos pregunte dónde y cómo queremos vivir o que no se nos someta a tratamientos ni a internamientos sin nuestro consentimiento, y todas ellas parten de lo mismo, de reconocer que las personas con discapacidad somos titulares de todos los derechos humanos. Por eso, es preciso decirlo en la norma que regula nuestra convivencia para que no haya tentativas ni tentaciones de interpretar ni legislar lo contrario.

¿Qué es necesario para que las personas con discapacidad tengan garantizados sus derechos humanos? ¿Más legislación? ¿Más presupuesto? ¿Mayores sistemas de control para que se cumpla la legislación vigente?

El reto no es otro que la sociedad nos vea, nos asuma y nos respete como titulares de todos los derechos humanos y este es presupuesto para que la Convención se entienda y se aplique en toda su extensión.

"Confío en que la autodeterminación de las personas con discapacidad sea un hecho"

Me empeñaré mucho en que la accesibilidad trascienda a los ámbitos en los que tradicionalmente se ubica (urbanística, transportes, audiovisual, etc.) y se proyecte como contenido esencial de los derechos. Un requisito imprescindible para la satisfacción de ese derecho es que ese bien sea accesible. Sin accesibilidad no hay satisfacción del derecho y esta es la concepción de la accesibilidad que se aplicará este Ministerio.

Siempre se dice que la discapacidad es de las pocas cuestiones que genera consenso entre los diferentes partidos políticos. ¿Lo compartes? ¿A qué crees que se debe?

Lo comparto sin fisuras, así ha sido casi siempre y confío que la renovación del artículo 49 de la Constitución Española cuente con máximo respaldo de las Cortes para que la tramitación favorable de una reforma que lo que pretende es sacarnos del oscurantismo. El trabajo propositivo del movimiento social de la discapacidad ha propiciado que la discapacidad sea un elemento de cohesión.

Esta Dirección General, y como no puede ser de otra manera en democracia, trabajará con los grupos parlamentarios, las fuerzas políticas y por supuesto con las comunidades autónomas y ayuntamientos porque en la inclusión no sobra nadie.

Cuando finalice tu etapa al frente de esta Dirección General, ¿en qué aspectos concretos esperas haber mejorado la vida de las personas con discapacidad?

Confío que mi etapa por el Gobierno sirva para que la autodeterminación de las personas con discapacidad sea un hecho, que nuestras voces se escuchen desde nuestros propios cuerpos, que seamos nosotras las que estemos y las que hablemos en primera persona con todas las esferas de poder.

Quiero realizar una contribución serena pero firme a la vida en comunidad, no quiero que mi país tenga compatriotas en espacios paralelos que no sean el circuito común de convivencia. Tenemos que migrar cualquier tipo de tutela, por acompañamientos y apoyos… y devolver a cualquier persona con discapacidad el espacio que nos corresponde constitucionalmente.

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